Granada, granadillo ( Punica granatum )
Origen
El granado (Punica granatum), de la familia de las lítricas (Lythraceae), es una planta ornamental y útil conocida desde hace miles de años. No se puede determinar con certeza su lugar de origen, pero se cree que la forma original proviene del sudeste de Europa y Oriente Próximo. Así lo indica también el nombre botánico «Punica», que hace referencia a «Punia», como se llamaba antiguamente la actual Túnez. El granado también se cultivaba en la antigüedad en el resto del Mediterráneo, por lo que su forma silvestre caracteriza el paisaje de algunas zonas. Debido a sus semillas y al color llamativo de sus frutos, en muchas culturas se consideraba un símbolo de fertilidad. Aparece tanto en la mitología griega como en el Corán y la Biblia, donde se le atribuye un significado simbólico. Además de la fertilidad, también representa el poder y la vida. Los romanos lo conocieron a través de los cartagineses y lo llamaron Malum punicum, manzano de Cartago. Los árabes lo introdujeron en Europa a través de Andalucía, donde extendieron su cultivo hasta tal punto que dieron su nombre a la ciudad de Granada.
Crecimiento
El granado crece como un arbusto grande muy ramificado o como un árbol pequeño con ramas cuadradas o hexagonales, que más tarde se vuelven redondeadas, y corteza de color marrón grisáceo. Las ramas laterales suelen terminar en una espina larga. En maceta alcanza una altura de hasta tres metros. En su hábitat natural, como en el jardín, donde el granado también se puede plantar en regiones templadas, alcanza una altura de hasta cinco metros y puede vivir más de cien años. Sin embargo, el granado también se cultiva a menudo como arbusto. Las variedades enanas y ornamentales no suelen superar los 150 centímetros de altura.
Flores
El granado se adorna con flores acampanadas de cinco a seis centímetros de tamaño, de color rojo anaranjado intenso, que se abren entre junio y septiembre, dependiendo de las condiciones de invierno. Son autofértiles y son polinizadas por insectos. Las flores de las variedades ornamentales suelen ser mucho más anchas y a menudo dobles. Las hay de color rojo intenso, blanco o amarillo crema.
Frutos
Los frutos redondeados de la planta, del tamaño de una manzana, son granadas de color amarillo marrón a rojo y tienen un diámetro de unos diez centímetros. Estos frutos exóticos son muy decorativos, tienen una cáscara firme y correosa y contienen numerosas semillas. Cada una de ellas está recubierta de una jugosa pulpa roja. Las semillas tienen un sabor ácido y afrutado y se pueden utilizar para elaborar zumos, siropes y postres, o consumirse directamente en crudo.
En la antigüedad, las granadas eran un importante alimento para los marineros, ya que se conservan hasta seis meses y durante ese tiempo se vuelven aún más aromáticas. Además, el zumo, rico en vitamina C, protegía eficazmente contra enfermedades carenciales como el escorbuto.
Cultivo y cuidados
Debe colocarse en un lugar soleado y bien ventilado. Se recomienda plantarla a finales de primavera para evitar las heladas tardías, ya que es muy sensible al frío. No tiene requisitos especiales en cuanto al suelo, pero crece mejor en suelos profundos, ricos en materia orgánica, ligeros y permeables, en los que sus raíces, bastante invasivas, pueden desarrollarse mejor. Prefiere climas templados e incluso cálidos; la tolerancia al frío depende de la variedad: algunas soportan -12 °C, otras -5 °C. Aunque tolera bien la sequía, debe regarse abundantemente en verano para evitar que el suelo se seque por completo. Al final del invierno, agradece el abono orgánico. Cada 3-4 años, se deben eliminar de la copa las ramas secas, entrecruzadas y débiles.
La granada como planta medicinal
Los frutos del granado se consideran beneficiosos para la salud en muchos aspectos. En la Edad Media, por ejemplo, las semillas y su jugo se utilizaban para tratar enfermedades intestinales. Se ha demostrado que la punicalagina, una sustancia presente en los frutos, inhibe la proliferación de virus y tiene efectos antiinflamatorios.
Tomados internamente, en forma de zumo de granada, comprimidos o cápsulas, los flavonoides que contiene el fruto también tienen un efecto positivo sobre los vasos sanguíneos y el sistema cardiovascular en casos de hipertensión (presión arterial alta). Además, se cree que los componentes de la granada alivian los síntomas de la menopausia. Todavía se está investigando el efecto terapéutico del fruto sobre el cáncer de próstata. Sin embargo, hasta la fecha no hay suficientes estudios que lo demuestren de forma concluyente.
No obstante, se considera demostrado que la granada contiene muchos antioxidantes, es decir, polifenoles y flavonoides, que pueden proteger las células de nuestro cuerpo de influencias nocivas. Al parecer, el zumo de granada contiene incluso más polifenoles que el vino tinto o el zumo de uva. Debido a su efecto antioxidante, esta fruta roja se considera uno de los mayores milagros antienvejecimiento naturales. En cremas y geles de ducha, el aceite vegetal saludable tiene un efecto reafirmante y puede reducir la profundidad de las arrugas. Además, la fruta es una importante fuente de minerales como el potasio, las vitaminas B y oligoelementos como el hierro.
(Fuente: mein-schoener-garten.de)